jueves, octubre 18, 2007

NOS VAMOS DE BODA



Hace unos años decidimos iniciar un camino juntos, nos unían amigos, aficiones, las ganas de unir nuestras fuerzas y luchar juntos por nuestras ilusiones.

Al cabo de unos años, nació nuestra hija Izarbe, ahora ya tiene siete años, y nos acompaña en todos nuestras acciones, creo que es una suerte que hemos tenido, es ir con ella a todos los sitios y compartir los tres todas las cosas, buenas y menos buenas que nos han pasado.

Este año hemos decidido dar un paso mas en nuestra relación, y como no, nuestra hija ha tomado una decisión importantísima.

Después de unos años, así como 12 o más, de compartirlo todo, hemos querido dar un paso más, y queremos haceros participes a todos nuestros amigos incondicionales a través de este Blogg, de la noticia.

El dia 26 de Octubre a las 13 horas, nos casamos en la ciudad de Zaragoza, será una ceremonia sencilla y nos acompañara nuestras familias, (espero que ese día os acordéis de mi unos instantes).

Al día siguiente, el sábado iniciaremos los tres, la famosa Luna de Miel, y nos iremos a Italia a pasar unos 12 o 13 días, en la cual participaremos en la Convención Italiana, donde nos encontraremos con muchos amigos, y me dará la posibilidad de tener más documentación, para poder contaros mis cosas.

Gracias a todos por estar junto a mí a través de este Blogg.

jueves, octubre 04, 2007

UN MANTO DE PAPIROFLEXIA PARA LA VIRGEN DEL PILAR




Antes de todo me gustaría que supieseis que significado tiene para Aragón y para Zaragoza, la imagen y los mantos de la Virgen del Pilar, por lo que me gustaría que leyerais con atención estas reseñas, sacadas de la pagina Web del Cabildo de la Basílica de Nuestra Señora del Pilar.




La Virgen del Pilar


De acuerdo con una antiquísima tradición, venerada y viva a lo largo de los siglos, la Virgen María cuando todavía moraba en este mundo, es decir, antes de subir en cuerpo y alma a los cielos, vino a Zaragoza para confortar y alentar al Apóstol Santiago que, a la sazón, se encontraba a las orillas del río Ebro, predicando en Evangelio. Este hecho, desde fecha inmemorial, se sitúa en al noche del 2 de enero del año 40 de la era cristiana. Esta tradición queda artística y maravillosamente expresada en el conjunto que compone la Santa Capilla.


Nada queda de la apariencia de la posible efigie de la Virgen, que acaso resultase destruida en el incendio de 1434-1435, que dejó en cenizas (según queda documentado) el retablo que había en la Capilla.

La imagen que se conserva de la Virgen del Pilar es una efigie de madera, monoxila, en bulto redondo, de 36 cm. de altura, labrada según los cánones de la mejor escultura gótica europea de la primera mitad del siglo XV, por Juan de la Huerta (según estudios de María del Carmen Lacarra). Representa a María como Reina y Madre, coronada, con regio vestido gótico de gran recato, abotonado desde la cintura y con cuello alzado y también abotonado; es una larga vestidura ceñida por un cinturón con hebilla, abrochado a la altura de su lugar natural; por debajo del vestido asoma discretamente el final puntiagudo del calzado de sus pies, el derecho más visible que el izquierdo, algo retraído; una gran pieza de paño, que sirve a la vez de capa y tocado, sobre la cual ciñe la sencilla corona, la envuelve casi por completo y deja ver parte del peinado suavemente ondulado de su cabello; la mano derecha sostiene un amplio pliegue de este ropaje que, extendido desde el costado izquierdo de la Virgen, cubre todo su abdomen en un primer plegamiento, y la parte alta de su pierna derecha y casi toda la izquierda, en otro interior.

El Niño, a quien la Madre mira desde atrás, reposa sentado sobre la mano izquierda, en cuenco, y la cadera materna, sostenido por el brazo de María; aparece desnudo y despreocupado, en posición casi frontal, algo girado a su derecha, y con las piernas, cruzadas, el talón izquierdo sobre la pierna derecha; sujetar por debajo de las alas abiertas cuerpo de un avecilla, acaso paloma simbólica de la divinidad o del alma humana, cuya cabeza apunta al cinturón de la Virgen; el Niño extiende el brazo derecho que cruza el pecho de su Madre, para asir al borde del manto. Las partes visibles del cuerpo de María (rostro, cabello y manos) y del Niño tuvieron pigmentos de entonación naturalista. La imagen fue restaurada, por iniciativa del Cabildo Metropolitano, en septiembre de 1990, por el Instituto del Patrimonio Histórico Español.

La imagen de la Virgen está sobre un pilar, mejor dicho, sobre una columna de jaspe de 1,70m.de altura y un diámetro de 24 cm.; está forrado en bronce y después con plata.

La devoción pilarista sostiene que la columna no ha variado jamás su emplazamiento desde la fecha en que la tradición sitúa la venida de María, aún en vida, a César Augusta, en la que con poco éxito predicaba el Evangelio Santiago el Mayor.

En 1596 Felipe II donó, como manifestación de su devoción mariana y pilarista, los dos ángeles de plata que siguen haciendo guardia de honor a la Virgen, y son los únicos elementos artísticos de la antigua Capilla que permanecen en la dieciochesca de Ventura Rodríguez.

Fueron recibidos en el Santuario el 24 de marzo del mismo año. Su artífice fue el platero Diego Arnal. Está documentado hasta el peso y el valor de los metales preciosos (141 marcos y 6 onzas de plata por valor de 992 libras jaquesas y 5 sueldos; y 5,5 libras de oro para los escudos, por valor de 5 libras jaquesas y 10 sueldos) y el precio de las hechuras (6 libras jaquesas por encarnar los rostros y las manos, y 1.000 libras por la hechura de los ángeles.

A los 10 días de recibirlos el Cabildo determinó poner velas blancas en los candeleros que portan los ángeles; y desde entonces se conserva la tradición e reservar para los ángeles del Camarín de la Virgen las velas de cera más pura.

La imagen de la Virgen del Pilar, que los fieles contemplan en su camerino de la Santa Capilla está, coronada con corona imperial y en el centro de la misma, con una aureola de brillantes. A sus pies, rodeando el pilar, viste una de los muchos mantos ofrecidos por los fieles.

Los días 2,12 y 20 de cada mes la Imagen aparece sobre la columna, sin el manto, dejando ver la guarnición semicilíndrica de plata labrada. En estos días se recuerdan: La fiesta de la Venida de la Virgen (2 de enero); La fiesta del Pilar (12 de octubre) y la fiesta de la Coronación Canónica ( 20 de mayo de 1905).



Mantos de la Virgen.



Los mantos constituyen a lo largo de los siglos la proyección de la devoción a la Santísima Virgen del Pilar fuera de la basílica. Y, aun dentro de la misma, es un manto la mejor ofrenda que, también desde siempre, ha sido hecha por sus fieles devotos.

La primera noticia que hasta el momento se posee sobre los mismos data de 1504. En su testamento, recogido en el protocolo del notario de Zaragoza Martín de la Zaida, Juan Benedic dona a la Santísima Virgen 100 sueldos para que le sea confeccionado un manto. Estamos, pues, en los albores del siglo XVI.

Avanzado este mismo siglo, en 1577, otro protocolo notarial, el de don Pablo de Gurrea, nos ofrece ya un catálogo de 72 mantos con su descripción y tasación concretas.

El que la tasación vaya desde los dos escudos hasta los noventa parece indicar que la donación de mantos a la Santísima Virgen no sólo provenía de clases altas, sino de todas las clases sociales.

A partir de esta fecha, se va sucediendo ya ininterrumpidamente la donación de mantos a la Virgen hasta hoy.


El más antiguo que actualmente posee la Virgen es el donado por el Cabildo en 1762, que fue confeccionado por las Madres Capuchinas de nuestra ciudad y que sigue en uso. El más moderno, hasta el momento de la confección de esta página, es el donado por los sobrinos del matrimonio fallecido Manuel Estrada y Antonia Marcos, en cumplimiento de la voluntad de los fallecidos. Ha sido donado el día 22 de Junio del 2001. Es de color blanco y tiene bordada la Sana Columna.

La colocación del manto sobre la Imagen no ha sido siempre igual. Antiguamente el manto se le colocaba a la Virgen muy alto, tanto que únicamente quedaban al descubierto las cabezas de la Virgen y del Niño. Así puede verse en un cuadro existente en la sala capitular de La Seo y en un medallón expuesto en el Museo Pilarista.

En el siglo XVIII, según señala, entre otros autores, Mullé de la Cerda, a instancias quizá del mismo Ventura Rodríguez, se bajó lo suficiente como para dejar al descubierto casi toda la Imagen; así se colocaba hasta 1969 el manto del Cabildo el 12 de octubre de cada año. Solamente muy a finales del siglo XIX el manto comenzó a ser colocado como se encuentra en la actualidad, dejando al descubierto toda la Imagen, tapando solamente el Pilar, y no todo, pues pueden verse, por la parte inferior del manto , unos 30 cm. del mismo.

La forma de todos los mantos es la proyección plana de un tronco de cono. La línea recta que, hallándose totalmente extendido un manto, une los vértices superiores, mide 0,47 m. Y la qué une los dos inferiores, 1,39 m. La altura total del manto es de 0,85 m., y queda reducida en los bordes laterales a 0,79m.

Cada noche, después que los silencieros invitan a los fieles a abandonar la basílica y ésta queda vacía, el capellán de la Virgen sube las escalerillas y procede devotamente a retirar de la Imagen el manto que tuvo puesto durante el día y le coloca el que lucirá al día siguiente. Éste queda sujeto al santo Pilar sobre un portamantos de duraluminio, forrado de terciopelo azul; a él se sujetan los mantos con las cintas que llevan cosidas para ello en los bordes superiores y quedan los laterales inferiores colocados hacia atrás y sujetos por el mismo portamantos.

En tiempos recientes ha habido siempre fechas durante el mes en que a la Virgen se la ha dejado sin manto. Estas fechas eran dos al mes hasta 1982: el 2 y el 12; en octubre, el 2 y el 19, pues al llevar manto el día de la festividad, se le deja sin él al terminar su octava. En la actualidad son tres: el día 2, en recuerdo del 2 de enero, en que se conmemora la venida de María en carne mortal a Zaragoza; el día 12, en recuerdo del día de su fiesta, 12 de octubre, día en el que la imagen luce el manto del Cabildo, y el día 20, como recuerdo del aniversario de la coronación canónica de la Virgen, 20 de mayo de 1905.

El manto que viste la Virgen coincide con el color de la liturgia del día, excepto en festividades concretas o situaciones especiales. Entre las primeras pueden citarse: San Jorge, la Asunción, Cristo Rey, la Inmaculada, Navidad, Pascua de Resurrección, Santísima Trinidad, San Pedro, Santiago, Jueves y Viernes Santo, 12 -de octubre, Santa Cecilia, San Valero, etcétera. Y, como situaciones especiales, son indicativas: el triduo y fiesta de la Corte de Honor, la de la Guardia Civil, músicos, bomberos, agentes de la propiedad inmobiliaria, Adoración Nocturna, telecomunicaciones y el Jueves Sacerdotal de cada mes; o la visita de la familia real, la presentación ante la Virgen de los caballeros cadetes, el aniversario de la fundación de las Hijas de la Caridad.de Santa Ana, etcétera... Y los mantos "hispánicos" que lleva la Virgen en la fiesta nacional del respectivo país.

El número de mantos que posee la Virgen supera en la actualidad los trescientos.

Constantemente se está recibiendo nuevas donaciones.

Los primeros donantes de los que se tiene noticia fidedigna, aparte el anteriormente citado, Juan Banedic, son casi todos ellos miembros de la nobleza. Así aparece el conde de Perelada, que " por su gran debocion a N . S'. del Pilar avía hecho donación de un Mantico " (año 1717); la condesa de Oñate, en 1834; la duquesa de Villahermosa, en 1840, tasado el manto en 7.000 reales de vellón; la condesa de Fuentes, en 1843; la duquesa de Fernán Núñez, tasado en 20.000 reales de vellón, en 1844, o cantidades de dinero para confeccionar un manto. Pero aparecen también desde el principio donantes anónimos de mantos con la simple indicación de "un devoto" (1760).

La Santísima Virgen posee algunos mantos de mayores dimensiones. Uno de ellos es el ya citado del Cabildo, cuyos espacios libres se cubrían con joyas el día de la fiesta de Nuestra Señora del Pilar, hasta 1970, año en que terminó una tradición de la que se tiene noticia al menos ya en 1702, en que el Cabildo resuelve que " se dé una joya a la Reyna N. S. y que el Sr. Dean poniéndola en Ntra. Sra. del Pilar quando venga a visitarle se tome del manto y se la dé a la Reyna ".

Tradición que continúa en 1720, en que don Lorenzo Almenguar de la Mota regaló a la Imagen de la Virgen un pectoral de oro guarnecido con veinte esmeraldas "para en parte el adorno del manto en los días y tiempo que pareciera conveniente ". De todo ello dan fe los libros de actas del Cabildo, en los años 1702 y 1734.

Se podría analizar cada uno de los mantos de la Virgen y definir todas sus características. Tomamos como síntesis las palabras de don Juan Antonio Gracia, publicadas en la revista "El Pilar" de 26 de marzo de 1976: "Podréis admirar en unos la filigrana del bordado, en otros la riqueza del tejido, en éstos la calidad de los hilos, en aquéllos la habilidad del artesano. Quizá ya no os será tan fácil descubrir lo que hay escondido detrás de cada uno de estos retazos de tela; y, sin embargo, es necesario resaltarlo para comprender esta faceta tan popular de la devoción de un pueblo a la Santísima Virgen. Estos mantos están hechos, sobre todo, con amor. Un amor que es ofrenda o súplica, acción de gracias u homenaje, promesa o perdón".

Una sección especial la ocupan los mantos "hispánicos", así llamados porque engloban los recibidos de las naciones hispanoamericanas y Filipinas.

Cantidades notables de mantos ya en desuso están hoy distribuídos por iglesias, capillas y familias de todos los continentes, de ordinario sobre imágenes de la Virgen del Pilar, para las que el Cabildo los regala a petición de sacerdotes y comunidades.

Existen además los "mantos misioneros". El servicio que tienen encomendado ha sido y sigue siendo dar consuelo a los enfermos y manifestar la amorosa cercanía de la Virgen en esos momentos de dolor.

El año 1700, enfermo Carlos II, el Cabildo acuerda el día 29 de octubre enviarle un manto de la Virgen que le acompañe en su enfermedad. El manto llega después de haber muerto el rey y el Cabildo acuerda escribir a su agente en Madrid para que hable con el confesor de la reina, a fin de que éste le comunique el envío del manto y su llegada tardía. Éste, además de esta comunicación, le entrega a la reina el manto.

El manto donado por la reina regente María Cristina viaja a Roma en febrero de 1941, para servir de consuelo en su última enfermedad a su hijo, el rey Alfonso XIII; este mismo manto fue enviado a Lausana en marzo de 1969 y bajo su amparo murió la reina Victoria Eugenia.

En la basílica, en la misma sacristía de la Virgen, existe el libro de registro de salida. Él da fe de este amor sencillo e íntimo, profundo y sincero, de los hijos enfermos a su Madre y Señora. Ella es su consuelo y no es raro leer en las esquelas de defunción: "Falleció bajo el manto de la Virgen del Pilar".

En 1941 fueron confeccionados 500 mantos para esta misión, y para ella fueron usados, una vez pasados por la Virgen. Ahora, en 1983, han sido hechos otros 500. El deseo sigue siendo siempre el mismo: "Que no quede pueblo o ciudad de España o de las naciones hispanas sin proporcionar este beneficio a sus enfermos. Que en su lecho de muerte reciban el abrazo de Nuestra Señora del Pilar, que abra sus almas a la Fe, a la Esperanza y al Amor".



EL MANTO DE PAPEL.


La cronica:

Hacia meses que el grupo quería hacer algo para la patrona de Zaragoza, la Virgen del Pilar, una ofrenda floral con flores de papiroflexia?, no nos decidíamos.

Y por que no un manto hecho de papel!!.

Nos pusimos manos a la obra, y al final de mucho discutir, Jorge pardo se salio con la suya y decidimos hacerlo de módulos, creo un modulo y pensamos en muchos diseños hasta que al final quedo como el que podéis apreciar, se eligieron colores (azul y plata) y el tipo de papel (de la casa Michael, denominado “brillón metalic”).

Jorge una vez con el material, empezó a plegar como un poseso los módulos, mas de 1500.

El dibujo de las pajaritas no nos convencía como quedaba, ¡módulos bicolores! para combinar posibilidades, esa era la solución para perfilar perfectamente “las Pajaritas” centrales que realzaban el manto.

Días después Jorge nos llamo para ver el manto acabado, increíble!!!

Pero como colocábamos el manto a la Virgen, deberíamos hacer un manto de tela para poder colocárselo, encontramos a la persona mas adecuada, mi buena amiga Carmen, ella puso su tiempo a nuestra disposición, y gracias a su enorme maestría, en unas horas el sueño se hizo realidad.

El manto estaba ya listo…

Pero como íbamos a llevar el manto a la Basílica, rápidamente pensamos en hacer una caja de madera para colocar tan valiosa joya, al cabo también de unos días el manto ya reposaba en una caja perfectamente acondicionada para contenerlo.


Rosas!!!!!, grito alguien , no podemos ir a presentar el ramo sin flores, quedamos una tarde, Vanesa como loca preparo las rosas, y todos en casa de Luís Fernando, plegamos, colocamos, engarzamos, compusimos el cesto de rosas que acompañaba al manto.

Todo estaba preparado, para el gran día, el 6 de Agosto, fue el dia elegido para su entrega, ese dia fue el primer dia que la Virgen del Pilar lucio un precioso manto de papel.

Las imagenes:






Los videos:


Video realizado y montado por Jorge Pardo, sobre la realización

del Manto para la Virgen del Pilar


Noticia dada en el informativo de Zaragoza TV