SEGUIMOS DOBLANDO EN HUMEDO

El doblado en húmedo es tema frecuente de conversación con Felipe. Que qué papel usas, que cómo lo mojas o cómo lo secas.
Una de las tantas cosas bonitas de esta técnica es que cada uno tiene su forma de hacer, entonces se presta para conversar e intercambiar ideas y recetas. Y claro, también es campo fértil para probar, probar y seguir probando. En ese sentido no tiene las limitaciones de una seda metalizada que se comporta siempre igual. El papel mojado tiene sus días de mal humor y sus días de idilio con el doblador, en los que todo sale de maravillas.
Hoy puede ser que sea un día de estos.
Elegí la KOI de Robert Lang para probar un precioso papel hecho a mano por Ryan Andrusky, un encuadernador de libros y origamista que me regaló un par de pliegos de la producción de su sótano. El papel tiene un ligero brillo dado por el polvo de mica que Ryan incluye en el proceso.
La técnica que seguí es aproximadamente igual a la que describe Felipe en la entrada anterior de este blog.
En este caso además tuve que agregar un poco de cola vinílica al agua (aproximadamente 1 en 5) del humedecido pues el papel "peluseaba" un poco. La cola así diluída no pega la capas del modelo entre sí pero le da al papel una consistencia diferente y una mayor resistencia.
La Koi de Lang, diagramada en su libro Origami Design Secrets (doblada sin las 900 escamas , claro) es un modelo que se presta mucho para esta técnica. Entre ayer y hoy la doblé unas 3 veces en seco y 3 en húmedo con un papel de acuarela para tener un buen conocimiento del modelo antes de utilizar el papel hecho a mano, pues no quería arruinarlo.
El resultado es completamente imposible de imitar en seco, incluso sin tocar el modelo, el aspecto es único.
Nuevamente decimos, que nadie deje de intentar esta técnica. Que nadie crea el mito que dice que es difícil.
Requiere bastante respeto por el papel ¡y un gran gusto por doblar!

Román