Corría el año 2002 cuando contacté unos meses antes de la Convención de Zamora con la AEP, aunque era socio desde el 2001. Por aquel entonces empecé a crear figuras de insectos y arácnidos usando bases estándar. Recuerdo que comencé a tener contactos con otros socios a través de la LISTA de la AEP y con el CHAT. Eran otros tiempos para la LISTA y para el CHAT, por supuesto mucho mejores que los actuales.
En esos Chat, que creo que nos citábamos los viernes, participaban entre otros Juan López Figueroa (creador muy bueno del que ya nadie comenta nada o casi nada) y Francisco Ramón Navarro Sánchez, creador también este último y grandísimo plegador, desparecido de hace dos años para acá de los círculos papiroflécticos. Con estos dos creadores contacté inicialmente enviándoles unas fotos que hice de mis primeros bichos con la webcam más barata que encontré. Recuerdo que con Juan López intercambié algunos modelos, de los que empezaba a hacer diagramas, como la foca.
Fue a Francisco a quien más gustaron mis insectos, pues le encantaban y me pidió permiso para enviar las fotos de los mismos a “Un buen amigo suyo” que entendía mucho de esto de los insectos de papel y darle mi correo electrónico.
Ese “buen amigo suyo” no era otro que Alfredo Pérez. Me puse en contacto con él a través del correo electrónico. Le dije que si quería podía enviarle mas fotos y me dijo que de acuerdo, pero que me advertía de que: “….me lo he plegado todo, Lang, Kawahata, Nishikawa,…y si tus insectos son vulgares modificaciones de los insectos que ellos hacen o de sus bases, lo voy a detectar, no es fácil que a mi me la des.” Así era Alfredo. Sincero y riguroso hasta la médula.
Pero esa era la papiroflexia que se gastaba por aquel entonces en “privados” e incluso en la LISTA. No se daba jabón al prójimo por dárselo como ahora que todos somos muy guais y nos llevamos muy bien y todo son felicitaciones sinceroides.
Recuerdo que cuando contacté con Juan Gimeno, al que considero un buen amigo, y le pregunté que le parecían mis modelos, dijo algo así como que “….bueno, habrá que ver el proceso, papel oculto,….etc.” Eran tiempos magníficos donde nos decíamos las cosas a la cara y todos aprendíamos, sobre todo, los que no sabíamos y estábamos empezando. En esa época conocí también a Aníbal.
Alfredo me dijo que no podía ir a la Convención de Zamora (no se prodigaba en las convenciones), pero que iba a ir a la cena a la que iba a asistir Lang en Madrid y que le iba a enseñar un modelo de ciervo volante mío que había plegado de unos diagramas que le había enviado.
Me consta que se lo enseñó. Poco a poco, entre Alfredo y yo se fraguo una amistad basada en la “no adulación” mutua. El me hacía críticas sinceras de mis modelos. Esas críticas han sido desde aquella época hasta hoy de infinita ayuda. Ayuda que ya no voy a tener más.
Hay gente a la que no le gusta o le ofende la sinceridad de los demás cuando expresan opiniones que no les favorecen. No ha sido nunca mi caso. Pero si el de otros y me consta que Alfredo lo sabía y no opinaba cuando podía sentirse ofendido el sujeto de la opinión y era conocido por él. Pero también sabía y me lo decía que a veces le adulaban en exceso sus plegados.
Ha sido alguien de quien he conocido mucho su personalidad, forma de pensar, pensamientos políticos, inquietudes etc. simplemente por el correo electrónico. No ha sido sólo un colega de la papiroflexia para mi muy importante. Ha sido un amigo al que le he podido contar con total confianza muchas de mis otras cosas.
Alfredo era Ingeniero. Muy inteligente. De inteligencia fina y aguda capaz de resolver sesudos problemas matemáticos, aplicados o no a la papiroflexia. Guardo de él como oro en paño una autoedición de un libro titulado “GLOSARIO DE TERMINOS QUE SUELEN ENCONTRARSE EN FOLLETOS ILUSTRATIVOS DE MONUMENTOS DE INTERES TURÍSTICO”, que me envió en correspondencia a mi primer libro que le regalé. Trae al final del cuadernillo un resumen de estilos artísticos, características principales y cronología. Es una guía de casi doscientas páginas que va muy bien cuando se viaja a lugares que no se conocen y no se es un experto en arte.
Lo había hecho a base de años, de visitas y de lecturas. Se que otra de sus especialidades era la pintura. Se que había practicado esgrima de joven. Me enseñó muchas cosas. Me enseño que los amigos son más importantes que sus opiniones o sus discrepancias políticas. Me enseño que la amistad se basa en la sinceridad, para bien o para mal.
Pero lo que me entristece es lo que no se de él y que él ya no me va a poder contar. Todavía no he quitado su dirección de correo electrónico de la agenda de mi Outlook. Ah!, también plegaba y plegaba muy bien como podéis ver en las fotos que tiene todavía colgadas en:
Pero eso ya lo sabéis.
Te voy a echar de menos Alfredo, te estoy echando ya de menos, gracias por todo lo que has compartido conmigo y con todos. Te envío un abrazo y un apretón de manos donde Dios te haya recogido, donde estarás plegando, leyendo, traduciendo,….
Manuel Sirgo
3 comentarios:
Manuel,
Me has emocionado, con éste tan sentido y sincero relato de Alfredo.
Lo que dices sobre la sinceridad de Alfredo, es cierto. No tenía reparo en decir las cosas, pero siempre desde el puesto de amigo, no con ánimos de herir a la otra parte.
No sólo lo extrañarás tú, también yo lo echo y lo seguiré echando de menos...
Yo también me quedé con las ganas de seguir hablando con él, y de aprender de su escuela de vida. Aún recuerdo una tarde, que conectó su web-cam para enseñarme sus figuras, del que más estaba orgulloso era del Gandalf, y la sorpresa que me dio en la Convención de Sevilla, enviándome el león de Kotmasu, sacado del CP, y hermosamente resaltado en los detalles finales.
Me enseñó muchas cosas Alfredo, pero no me enseñó, qué hacer en estos casos. Imposible olvidarle.
No puedo seguir escribiendo, me embarga el dolor, y la tristeza.
Gracias Manuel por compartir tus sentimientos.
Un beso,
Raquel
Manuel sirgo yo soy admirador de tus insectos y lamento mucho la perdidida de tu amigo.
Gracias Manuel por las sentidas palabras sobre Alfredo.
Era una persona que tras ésa máscara que solía ponerse, podíamos descubrír en su trato continuo a una persona sensible y bondadosa que, siempre que estuviera de su mano, te ayudaba ante cualquier problema o duda.
Como papiroflecta y como amigo creo que hemos tenido una inmensa pérdida muy difícil de reemplazar.
Publicar un comentario